miércoles, 9 de diciembre de 2009

Los Ojos de Ana Marta

Marta me contaba de destierros, de habitaciones cerradas y muebles cubiertos, de paredes con ojos y almas que bajan por lámparas con lágrimas de cristal, de Toro Sentado y la Calavera de Descartes.

También de un niño que perdió la sonrisa, una madre al borde de la locura y otra que encuentra a su hijo perdido, de una mujer que lo sabe todo, de verdades a medias, de secretos bien guardados bajo juramentos con cruces en los labios y memorables retahílas...

Y de repente trató de convencerme, ella no es Ana Marta sino Marta... Dí mi nombre, ¡dilo!...
-Marta.- Entonces, me entraron ganas de llorar.

Buen libro, buen libro.

4 comentarios:

Thelma dijo...

Justamente tenia que llamarse Marta??? como Martha Heredia!!! No ombe!!! Si hasta en la sopa sale....lol

Asociacion de estudiantes de comunicacion social dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Paty-pato dijo...

Ay Bruja, no te voy a decir nada porque te quiero demasiado.
Qué bueno que andes por aquí.
Bsos ;)

Alguien dijo...

Todo libro que haga que confundamos la linea que divide la imaginación con la fantasía, es un muy buen libro, sin duda es muy buen libro...