viernes, 18 de mayo de 2012

Llorar a lágrima viva de Oliverio Girondo


Llorar a lágrima viva
 
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología,
llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando.
Llorar como un cacuy,
como un cocodrilo...
si es verdad
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.

Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz,
con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo,
por la boca.
Llorar de amor,
de hastío,
de alegría.
Llorar de frac,
de flato, de flacura.
Llorar improvisando,
de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

Oliverio Girondo

viernes, 11 de mayo de 2012

Religiosidad en las redes

Antes de la era informática, la gente iba a la Iglesia, se arrodillaba y oraba a Dios, sean por los motivos que fueren y eso estaba bien y era suficiente. Ahora no, ahora, le dejamos mensajes en nuestras redes sociales como si Dios tuviera cuenta de Twitter o Facebook.

Que si crees en Dios dale a "Me gusta", que "retwittea esto si amas a Dios", etc. y hacen gala de su mejor ortografía para dejarle a saber al Señor (o más bien a todos sus "amigos" y "followers") cuánto lo aman y cuán agradecidas están por su divina providencia. Señores, no, Dios no está en Twitter ni en Facebook y habrá más de uno al que le moleste sobremanera que le llenen el Muro o el Timeline con frases religiosas.
Dios está en todas partes, es verdad, puede que incluso en la red de redes, sin embargo, en vez de invertir tiempo creando una relación real con Dios, nos ponemos a teclear; eso en vez de acercarnos, en mi humilde opinión, nos aleja.

Creemos que hemos cumplido porque al principio o al final del día tecleamos una oración, pero, ¿cuántas veces durante el día hablamos, pensamos y actuamos en pos de lo que Dios manda? Y otra cosa, hay que revisar si hacemos eso de postear cosas religiosas porque en verdad lo sentimos o porque queremos parecer gente buena delante de nuestros seguidores y amigos.

Está bien llevar el mensaje y la palabra de Dios (o de lo que sea en lo que creamos) a todos los rincones y es claro que el Internet es una de esas herrramientas maravillosas que nos permite hacerlo pero, ¿en serio?, ¿una cadena de oración con promesas ridículas, me hará entrar al reino de los cielos? ¿Un "Like", un "Share" o un "RT", me harán mejor cristiana? ¿Llenarle a alguien el TL de cosas religiosas me hace una buena creyente? Discúlpenme, pero no lo creo.

Incluso los ateos se han aprovechado de estas herramientas para ridiculizar la fe de los creyentes. Abundan las cuentas (sobre todo en Twitter), en las que las personas postean frases cargadas de sarcasmo capaces de ofender hasta al menos preocupado de los feligreses. Eso tampoco es justo. Cada quien decide en qué creer y hacer comentarios ofensivos a manera de "revancha" contra los fanáticos llena Muros o Timelines, tampoco es la solución y permite que aumenten los roces el irrespeto.

¿Qué propongo? Que respetemos, que nos alejemos del fanatismo, sea por Dios o por no creer en nada. Las redes sociales son un medio de "expresión", no de "presión" ni "represión".