Este blog es sobre lo que pienso, sobre lo que siento... sobre lo que soy.
viernes, 13 de julio de 2012
Lo admito. Puedo parecer una loca algunas veces, en especial cuando veo algo que me parece bello. No puedo evitar quedarme mirándolo, sea lo que sea. Hombre, mujer, un gato, cómo da la luz en ciertos lugares especialmente entre los árboles, la luz a través de los ojos de alguien, etc. Me quedo mirando como una psicópata, disfrutando cada detalle, sintiendo la belleza, contemplando profundamente... Hasta ahora esto no me ha traído problemas pero imagino que más de uno habrá pensado que porque me le quedo mirando y no acierto a contestar cuando me hablan, hay en mí algún interés particular, pero no, no es así, simplemente me encanta mirar los pequeños detalles hermosos de la vida.
jueves, 12 de julio de 2012
Conversaciones I
- - Yo no te quería, yo te amaba. Pero para ti eso
nunca fue suficiente.
- - Claro que lo habría sido, si me hubiese dado
cuenta yo… si me lo hubieses dicho…
- - ¡No! No era suficiente, nunca lo fue. Te amé
entonces y no fue suficiente, te amo ahora y tampoco lo es. Estás tan
desesperado por encontrar algo o alguien que no ves lo que tienes en frente. Yo
estoy aquí, siempre lo he estado. Pasaba largas noches en mi casa e incluso
aquí, en tu cama preguntándome que si ambos estábamos tan solos por qué no
podíamos acompañarnos de verdad. Y descubrí que no confiaba en ti y cuando por
fin decido vencer el miedo e intentarlo, ¡zas! Me confirmas las sospechas y me
dices que dormiste con alguien más. Poco a poco esto se fue rompiendo y he
intentado rearmar el rompecabezas durante tanto tiempo que ahora ya no me
importa. Pero tú me sigues importando, no lo puedo evitar. Supongo que después
de haber amado siempre queda un lazo, aunque sea unilateral… Es mejor si me
voy.
lunes, 9 de julio de 2012
El fin último de mi existencia
Entre anoche y hoy he llegado a una conclusión. En una de esas conversaciones conmigo misma, un rayo de luz (o de sensatez) me iluminó de pronto: Serlo todo para alguien no es el fin último de mi existencia.
Quién carajo me puso en la cabeza que si lo soy todo para alguien, si me esfuerzo y le amo con toda el alma y le entrego absolutamente todo, esa persona me va a amar y no se va a ir de mi lado. Loca es que tengo que estar: ¡Loca!
Por estar pensando de esta manera es que estoy donde y como estoy. Sin pareja estable y llorando por los rincones, cada vez que me tomo aunque sea un trago, porque estoy sola como un hongo (además del profundo descontento con mi vida) y me da con agarrarme con uno de mis mejores amigos o bien con llamar al imbécil por el que acabaré llorando y diciéndome a mi misma que soy una idiota por quererlo o bien, las dos cosas.
Pero eso no viene al caso. La cuestión es que yo no tengo que andar por la vida haciendo de la mai de nadie no más para que me quieran, para asegurarme de que esa persona estará ahí y no me va a abandonar como ya hicieron otras personas más importantes en mi vida, mis padres, por ejemplo.
No, no soy huérfana ni fea. Simplemente no he podido superar ciertos traumas y eso es lo que me tiene así.
Quién carajo me puso en la cabeza que si lo soy todo para alguien, si me esfuerzo y le amo con toda el alma y le entrego absolutamente todo, esa persona me va a amar y no se va a ir de mi lado. Loca es que tengo que estar: ¡Loca!
Por estar pensando de esta manera es que estoy donde y como estoy. Sin pareja estable y llorando por los rincones, cada vez que me tomo aunque sea un trago, porque estoy sola como un hongo (además del profundo descontento con mi vida) y me da con agarrarme con uno de mis mejores amigos o bien con llamar al imbécil por el que acabaré llorando y diciéndome a mi misma que soy una idiota por quererlo o bien, las dos cosas.
Pero eso no viene al caso. La cuestión es que yo no tengo que andar por la vida haciendo de la mai de nadie no más para que me quieran, para asegurarme de que esa persona estará ahí y no me va a abandonar como ya hicieron otras personas más importantes en mi vida, mis padres, por ejemplo.
No, no soy huérfana ni fea. Simplemente no he podido superar ciertos traumas y eso es lo que me tiene así.
viernes, 6 de julio de 2012
Reencuentro
Este post es medio cursi, si eso no es lo suyo, siéntase en la libertad de no leerlo. :)
Después de varios meses de ausencia de mi cuerpo entre tus sábanas, besarte fue maravilloso. Tantas cosas que quería decir en ese momento, cada beso y la intensidad de los mismos eran como "no puedo creerlo, ¿será cierto? No, debo estar imaginándolo todo, otra vez..."
Tu boca, tal como la recuerdo pero mejor, con el deseo que retrasé día tras día, semana tras semana, intentando castigarte con mi indiferencia, muriéndome por dentro cuando otra se acercaba, mirándote a lo lejos e imaginándome aquí, justo donde estoy ahora, en tu casa, en tu sala, besándote con todo lo que tenía guardado, con la rabia, con el deseo, con el amor.
Confieso que no quería, después de aquella ola de besos, que llegáramos a la cama, al sexo. Sentí por un momento que aquello podría estropear lo hermoso de este reencuentro pero sucumbí, cómo no hacerlo si ante el toque de tus manos y el roce de tus labios yo me pierdo, me deshago... pero la magia duró poco después del orgasmo y de sentirte desvanecerte sobre mí. Ya es muy poco lo que podemos decirnos y un "te quiero" ya no cabe entre nosotros.
La confianza, ese sentimiento de que puedo decírtelo todo, absolutamente todo, ha desaparecido. Optar por el silencio es lo mejor, por simplemente estar ahí, saber que aunque sea por unas horas no estamos solos y eso es suficiente, por ahora.
Se parece mucho lo nuestro a una de esas relaciones que tienen ya mucho tiempo... la intensidad ha bajado, ya no son tan imperiosas las ganas de decírnoslo todo y conocemos nuestros cuerpos a pesar de que siempre hay alguna cosa por descubrir, por pequeña que sea. La resignación a que esto no pasará de donde está y la espera a que a alguno le de un ataque de sensatez y decida, una vez más, terminar con esto es todo lo que queda al final. Y es triste, pero sentirte dentro mío, creer por un momento en la posibilidad de lo imposible y rozar el cielo abrazada a ti, merece la pena.
Después de varios meses de ausencia de mi cuerpo entre tus sábanas, besarte fue maravilloso. Tantas cosas que quería decir en ese momento, cada beso y la intensidad de los mismos eran como "no puedo creerlo, ¿será cierto? No, debo estar imaginándolo todo, otra vez..."
Tu boca, tal como la recuerdo pero mejor, con el deseo que retrasé día tras día, semana tras semana, intentando castigarte con mi indiferencia, muriéndome por dentro cuando otra se acercaba, mirándote a lo lejos e imaginándome aquí, justo donde estoy ahora, en tu casa, en tu sala, besándote con todo lo que tenía guardado, con la rabia, con el deseo, con el amor.
Confieso que no quería, después de aquella ola de besos, que llegáramos a la cama, al sexo. Sentí por un momento que aquello podría estropear lo hermoso de este reencuentro pero sucumbí, cómo no hacerlo si ante el toque de tus manos y el roce de tus labios yo me pierdo, me deshago... pero la magia duró poco después del orgasmo y de sentirte desvanecerte sobre mí. Ya es muy poco lo que podemos decirnos y un "te quiero" ya no cabe entre nosotros.
La confianza, ese sentimiento de que puedo decírtelo todo, absolutamente todo, ha desaparecido. Optar por el silencio es lo mejor, por simplemente estar ahí, saber que aunque sea por unas horas no estamos solos y eso es suficiente, por ahora.
Se parece mucho lo nuestro a una de esas relaciones que tienen ya mucho tiempo... la intensidad ha bajado, ya no son tan imperiosas las ganas de decírnoslo todo y conocemos nuestros cuerpos a pesar de que siempre hay alguna cosa por descubrir, por pequeña que sea. La resignación a que esto no pasará de donde está y la espera a que a alguno le de un ataque de sensatez y decida, una vez más, terminar con esto es todo lo que queda al final. Y es triste, pero sentirte dentro mío, creer por un momento en la posibilidad de lo imposible y rozar el cielo abrazada a ti, merece la pena.
sábado, 30 de junio de 2012
"Todo va a estar bien... eventualmente" o "El derecho de sentirme mal"
Debería escribir un libro que se llame: "Todo va a estar bien... eventualmente" o "El derecho de sentirme mal".
Todos tenemos el derecho de sentirnos mal. De llorar, de rabiar y de no querer hablar con nadie. De hacer un chicky show y decirle a la vida que es una puta, que se puede morir, de ahogarnos en lágrimas y alcohol y mandarlo todo a la mierda... por un rato.
Sí, por un rato, porque a pesar de todo, no tenemos derecho de hecharlo todo a perder, de dejar de intentarlo o de abandonar aquello por lo que hemos luchado. La vida continúa a pesar de lo que pueda parecernos en los momentos de desesperación. No debe ser una opción abandonar la batalla si aún no hemos ganado o perdido definitivamente la guerra.
Hay que hacerlo, hay que seguir. Por los que no pudieron, por los que nisiquiera lo intentaron, por los que ven nuestro ejemplo pero más que todo, por nosotros mismos. Por no llegar a una vejez con más arrepentimientos que satisfacciones y sonrisas de añoranza.
viernes, 18 de mayo de 2012
Llorar a lágrima viva de Oliverio Girondo
Llorar a lágrima viva
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología,
llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando.
llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando.
Llorar como un cacuy,
como un cocodrilo...
si es verdad
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
como un cocodrilo...
si es verdad
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz,
con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo,
por la boca.
Llorar de amor,
de hastío,
de alegría.
Llorar de frac,
de flato, de flacura.
Llorar improvisando,
de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
de hastío,
de alegría.
Llorar de frac,
de flato, de flacura.
Llorar improvisando,
de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
Oliverio Girondo
viernes, 11 de mayo de 2012
Religiosidad en las redes
Antes de la era informática, la gente iba a la Iglesia, se arrodillaba y oraba a Dios, sean por los motivos que fueren y eso estaba bien y era suficiente. Ahora no, ahora, le dejamos mensajes en nuestras redes sociales como si Dios tuviera cuenta de Twitter o Facebook.
Que si crees en Dios dale a "Me gusta", que "retwittea esto si amas a Dios", etc. y hacen gala de su mejor ortografía para dejarle a saber al Señor (o más bien a todos sus "amigos" y "followers") cuánto lo aman y cuán agradecidas están por su divina providencia. Señores, no, Dios no está en Twitter ni en Facebook y habrá más de uno al que le moleste sobremanera que le llenen el Muro o el Timeline con frases religiosas.
Dios está en todas partes, es verdad, puede que incluso en la red de redes, sin embargo, en vez de invertir tiempo creando una relación real con Dios, nos ponemos a teclear; eso en vez de acercarnos, en mi humilde opinión, nos aleja.
Creemos que hemos cumplido porque al principio o al final del día tecleamos una oración, pero, ¿cuántas veces durante el día hablamos, pensamos y actuamos en pos de lo que Dios manda? Y otra cosa, hay que revisar si hacemos eso de postear cosas religiosas porque en verdad lo sentimos o porque queremos parecer gente buena delante de nuestros seguidores y amigos.
Está bien llevar el mensaje y la palabra de Dios (o de lo que sea en lo que creamos) a todos los rincones y es claro que el Internet es una de esas herrramientas maravillosas que nos permite hacerlo pero, ¿en serio?, ¿una cadena de oración con promesas ridículas, me hará entrar al reino de los cielos? ¿Un "Like", un "Share" o un "RT", me harán mejor cristiana? ¿Llenarle a alguien el TL de cosas religiosas me hace una buena creyente? Discúlpenme, pero no lo creo.
Incluso los ateos se han aprovechado de estas herramientas para ridiculizar la fe de los creyentes. Abundan las cuentas (sobre todo en Twitter), en las que las personas postean frases cargadas de sarcasmo capaces de ofender hasta al menos preocupado de los feligreses. Eso tampoco es justo. Cada quien decide en qué creer y hacer comentarios ofensivos a manera de "revancha" contra los fanáticos llena Muros o Timelines, tampoco es la solución y permite que aumenten los roces el irrespeto.
¿Qué propongo? Que respetemos, que nos alejemos del fanatismo, sea por Dios o por no creer en nada. Las redes sociales son un medio de "expresión", no de "presión" ni "represión".
Que si crees en Dios dale a "Me gusta", que "retwittea esto si amas a Dios", etc. y hacen gala de su mejor ortografía para dejarle a saber al Señor (o más bien a todos sus "amigos" y "followers") cuánto lo aman y cuán agradecidas están por su divina providencia. Señores, no, Dios no está en Twitter ni en Facebook y habrá más de uno al que le moleste sobremanera que le llenen el Muro o el Timeline con frases religiosas.
Dios está en todas partes, es verdad, puede que incluso en la red de redes, sin embargo, en vez de invertir tiempo creando una relación real con Dios, nos ponemos a teclear; eso en vez de acercarnos, en mi humilde opinión, nos aleja.
Creemos que hemos cumplido porque al principio o al final del día tecleamos una oración, pero, ¿cuántas veces durante el día hablamos, pensamos y actuamos en pos de lo que Dios manda? Y otra cosa, hay que revisar si hacemos eso de postear cosas religiosas porque en verdad lo sentimos o porque queremos parecer gente buena delante de nuestros seguidores y amigos.
Está bien llevar el mensaje y la palabra de Dios (o de lo que sea en lo que creamos) a todos los rincones y es claro que el Internet es una de esas herrramientas maravillosas que nos permite hacerlo pero, ¿en serio?, ¿una cadena de oración con promesas ridículas, me hará entrar al reino de los cielos? ¿Un "Like", un "Share" o un "RT", me harán mejor cristiana? ¿Llenarle a alguien el TL de cosas religiosas me hace una buena creyente? Discúlpenme, pero no lo creo.
Incluso los ateos se han aprovechado de estas herramientas para ridiculizar la fe de los creyentes. Abundan las cuentas (sobre todo en Twitter), en las que las personas postean frases cargadas de sarcasmo capaces de ofender hasta al menos preocupado de los feligreses. Eso tampoco es justo. Cada quien decide en qué creer y hacer comentarios ofensivos a manera de "revancha" contra los fanáticos llena Muros o Timelines, tampoco es la solución y permite que aumenten los roces el irrespeto.
¿Qué propongo? Que respetemos, que nos alejemos del fanatismo, sea por Dios o por no creer en nada. Las redes sociales son un medio de "expresión", no de "presión" ni "represión".
Suscribirse a:
Entradas (Atom)