viernes, 25 de abril de 2008

Pensamientos Novelescos II

- ¿Cuáles son tus planes para este año, querida? –le pregunto su tía sacándola bruscamente del ensimismamiento en el que se encontraba hasta el momento.


- Ah… no muchos, continuare mi maestría en Italia y pondré mi propio negocio.


- Muy bien, siempre supe que serias mucho más que una simple empleada de una compañía, naciste para ser más y serás más.- dijo su tío con cierto orgullo.


- Mi padre solía decirme lo mismo.- dijo ella con un grado de melancolía en la voz.


- Tranquila. – dijo su tía, al percatarse de la melancolía de su sobrina, al fin y al cabo, ella la conocía pues la había criado la mitad de su vida. – El general hizo un gran trabajo contigo.


- Si, pero ustedes lo terminaron y lo hicieron bien, nunca había tenido la oportunidad de darles las gracias por todo, por haberme hecho parte de su familia, después de la muerte del general. – dijo tratando de ocultar la profunda melancolía que la envolvía al decir estas palabras.


- No tienes nada que agradecernos querida, para nosotros ha sido un placer y estamos muy orgullosos de ti. Mi hermano hubiese estado tan o mas orgulloso que nosotros.- dijo su tía con una maravillosa expresión de ternura en el rostro.


Entonces ella recordó aquel fatídico día. El general (su padre), como siempre, se hallaba fuera de la ciudad atendiendo sus asuntos militares y ella, horneaba galletas con su tía. Llovía a cantaros y era casi imposible distinguir el jardín entre la lluvia. Se acerco a la ventana y su corazón dio un salto al ver un cadillac negro que se dirigía a la fachada de la casa.- ¡El general!- pensó para sí y corrió a la puerta para recibirle pero no, no era él, eran unos hombres vestidos de militares que pedían hablar con su tía, la expresión de sus rostros, especialmente la del mas joven, que se veía visiblemente afectado no solo por la intensa lluvia sino también por que algo había pasado.

Los militares jamás iban a su casa excepto cuando su madre vivía y su padre aun no era general, hacían parrilladas y tomaban mucha cerveza, ella era aun muy pequeña pero podía recordarlo todo con una gran exactitud; pero después de la muerte de su madre, la casa quedo vacía, ni ella ni su padre, que días antes se había convertido en general, estaban nunca en la casa, las flores del jardín empezaron a marchitarse y todo se volvió mas lúgubre de la cuenta, si se hallaba sola en la casa, la depresión era muy grande y pasaba horas y horas durmiendo, por eso el general optó porque se quedara en la casa de su tía. Se llevaba tan bien con su primo.

lunes, 21 de abril de 2008

Los Niños




En la pasada reunion de Pastoral Juvenil en mi parroquia (de la que soy subcoordinadora), estuvimos hablando sobre un tema de apoyar nuestra fe con obras y eso. El caso es que la joven que impartia el tema me hizo una pregunta directa a manera de reflexion para el grupo, me preguntó lo siguiente:


- Si estás en el mar, el barco en el que ibas se ha hundido, sólo sobreviven un ladrón, una prostituta, una bebé, una anciana y tú, solo hay bote salvavidas en el que sólo cabes tu y otra persona, ¿a quién llevarías?


Entonces, con toda sinceridad, respondí:


- Salvaría a la bebé. Es lo que mi instinto me dice y es lo que haría, salvaría a la bebé.


Y es precisamente eso, esa respuesta mía es sobre lo que quiero comentar. Siempre he tenido esa especie de instinto maternal que creo que todas tienen (disculpenme los chicos pero deben reconocer que las mujeres somos mas tendentes a este tipo de emociones maternales), y esto mismo es lo que me lleva a actuar de modo protector y regañón con todos aquellos a quienes aprecio, aveces me besan la mano para relajarme porque aveces sí me tomo muy en serio ese papel de madre. No es que no me hubiese gustado ayudar al ladrón o a la prostituta ni a la anciana, es que jamás me perdonaría ver a un niño inocente morir, es que me lleno de rabia cada vez que me acuerdo de que la guerra termina afectándoles más a ellos, que miles mueren de hambre, que las adolescentes y mujeres abortan, que los que más sufren al fin y al cabo son ellos porque son frágiles porque no pueden protegerse porque no pueden gritar sin que alguien mayor los calle, porque sus voces no son escuchadas muchas veces.


Me desvanesco ante la mirada dulce e inocente de un niño, tan ajenos a las crueldades de este mundo, riendo o llorando, jungando y saltando sin saber que un sólo momento en sus vidas puede afectarles la vida entera... (creo que este post no lo escribí yo sino mi niña interior, gracias por escucharla.) ;)

sábado, 19 de abril de 2008

lunes, 14 de abril de 2008

Hacer o No Hacer (a propósito de mi cambio de carrera)

A la verdad que es difícil tomar decisiones en la vida, al menos las que se toman con conciencia dado que, para tomar una decisión, no sólo basta con ver las consecuencias que esto trae para ti sino para todos aquellos que te rodean, ¿que dirá mamá o papá?, ¿cómo van a tomarlo los amigos, los conocidos y demás familiares?, ¿qué consecuencias podría esto acarrear para mí y para ellos?, entre otras mil preguntas que asaltan tu mente una y otra vez.

Algunas veces, en lo más profundo, se suele saber lo que se quiere pero ¿qué nos asegura que esta es la decisión correcta?, pues no siempre lo que queremos es lo correcto o lo que nos conviene.

Realmente, soy de la opinión que los demás tienen importancia en las decisiones que tomaremos pero al final el más afectado siempre termina siendo uno, nadie sabe lo que está dentro de ti y juzga tus acciones desde afuera sin intentar siquiera comprender lo que dentro tuyo te impulsa a tomar "x" o "y" decisión. Lo más importante y el propósito por el que humildemente creo que hemos sido creados es para ser felices, no a costa del sufrimiento de nadie, pero sí plenamente felices.
Somos, como dicen por ahí, los arquitectos de nuestros destinos y nuestro futuro depende de las decisiones que tomemos hoy, sean buenas o desacertadas, cada una tiene el propósito de hacernos crecer.
Sigue la llamada de tu corazón con la luz de la razón y cuando logres ver el camino sólo síguelo y no te olvides de pedir la aprobación del Señor y de mantener una buena comunicación vía satélite de oración constante con Él.

miércoles, 2 de abril de 2008

Pensamientos Novelescos I

- ¿Donde estas? Mis tíos y yo te esperamos para cenar.

- En Francia.

- Estas loco.


- No podía dejarla ir.

- Bien hecho. Mañana te envío una maleta con lo indispensable.

- Gracias, sabia que podia contar contigo.

Al colgar, se dibujó en su rostro una sonrisa. Dulce, tierna, rosa, con esa belleza dulce que la adornaba, porque era bella, porque había nacido con ese don, pero ella le restaba importancia, siempre fue altruista y creía más en lo interno que en lo externo. No sé si fue su belleza lo que me motivó a escribir esta historia, lo cierto es que aquí estoy, y no sé si le rindo homenaje a su desaparecida belleza o al artista que la inmortalizó en el cuadro frente al que escribo estas líneas.

- No lo esperemos a cenar.

- ¿Donde está?

- En Francia. Pero no te preocupes – dijo adelantándose a la preocupación de su tía- alguien me debe un favor y viajará a Francia mañana por la tarde, le enviaré lo indispensable.

- Gracias hija.

-No hay de que.

- Ojala que esta sea la definitiva.-dijo el padre en alusión a la extensa e intensa vida amorosa de su hijo.

-¡Emilio!

-Mejor será que comamos.- dijo ella dando por terminada la charla sobre los amoríos y locuras de su primo.

Durante la cena, ella no podía parar de pensar en Javier (su primo) y en cómo había corrido detrás del amor de su vida o al menos de lo que creía que era el amor de su vida. El hecho no era si era o no el amor de su vida, el hecho es que él tuvo el valor de correr tras el sin que le importara nada mas. Y pensaba para sí que quisiera tener la oportunidad de encontrar una persona por la cual dejarlo todo, por la que irse de un país a otro o de esta galaxia a la otra si fuera posible, una persona a la que amar.