viernes, 27 de noviembre de 2009

Eva en su prisión...

No sé por qué el aire en estos techos me pesa tanto. Estar encerrada entre estas paredes, me preocupa. No sé por qué. Debería estar acostumbrada... no, acostumbrada no, más bien resignada. Resignada al oscuro futuro que me aguarda entre la tierra y el Sol.

Sol, a veces se cuela por estos barrotes de acero y me recuerda, por desgracia, que estoy viva.

Recordar que vivo es malo para mí, muy malo. Me recuerda la cercanía de la muerte. El Shamán decía que la muerte es un paso hacia la eternidad. Yo sé que me iré al infierno, así como me ven he hecho cosas horribles de las que no me arrepiento.

Estoy convencida de que el infierno debe ser algo así como una condena a repetir esta vida, esta misma vida una y otra vez hasta que explote el universo o hasta que nos hartemos de pensar que existimos y desaparezcamos todos.

Recuerdo el campo y el viento como cosas que soñé alguna vez o sólo como algo que les oí decir a las ratas. Envidio a las ratas, entran y salen de este hueco a su antojo, son pequeñas, asquerosas, no tienen nada qué temer y no le deben nada a nadie. Entran y salen, van y vienen a su antojo, comen lo que sea y cuando sea y eligen cómo y dónde morir...

A veces pienso en cómo serían las cosas si hubiese tomado otro camino, uno más... limpio. Si hubiese dejado atrás todo aquello y me hubiese casado, tenido hijos y un perro; pero esas cosas están ahora tan lejos que no vale la pena pensarlas.

Pronto seré libre para ser abrasada por las llamas feroces que todo lo deboran, esas que no escatiman ni perdonan. Arrastrará mis cenizas el viento para depositarlas en la nada.

No quedará nadie que diga la verdad sobre mí, nadie me conoció bien nunca pero eso dejará de importar mañana. Al menos eso espero, al menos eso deseo. No soporto más esta agonía. Necesito libertad.

martes, 10 de noviembre de 2009

Divagaciones...

- Ya no puedo estar más aquí. Me voy.

- ¿A dónde vas?

- No puedo estar aquí, no lo resisto. Sé que van a morir, no puedo estar aquí y sólo fingir que tienen una esperanza, no puedo. No soy tan fuerte.

- No te pido que te quedes, ni que finjas. Sólo te diré que ellos no tienen la culpa de que esto les esté pasando y que pienses en lo felices que puedes hacer sus últimos días u horas de vida. ¿Y si fueras tú? ¿Qué te gustaría que hicieran por ti? No estamos aquí porque nos guste ver a la gente morir y lo hacemos, pero es mejor verlas morir con una sonrisa en el rostro, que llorando de amargura y soledad. Nuestra compañía mitiga su dolor, el amor es una fuerza curativa que aminora su sufrimiento.

- ¿De qué sirve?, como quiera van a morirse, el amor no los sana, no los salva. No me quedaré a ver como se mueren en mis brazos sin que pueda hacer nada.

- Si piensas así es mejor que te vayas. El amor hace su carga más ligera y sí, talvez no los cure, pero si les quita de encima el peso de la tristeza y los ayuda a irse en paz. La cuestión aquí no es precisamente que sigan con vida, sino que sus últimos momentos sean tan agradables que se les olvide el dolor. Esa es nuestra misión pero tú no pareces entenderla. Desde que llegaste no has hecho más que quejarte. Cerrar los ojos es más fácil, ¿verdad? Cerrarlos y fingir que cosas como esta no pasan, que no existen. Este es el mundo real, no tu cajita de cristal; anda con tu papi a que te compre cosas, regresa a tu mundo de lujos y fantasía, ese es el lugar al que perteneces, no aquí.


- ¿En serio le dijeron eso hermana Claudette?

- Sí, Verónica. Pero de eso hace ya tanto tiempo. ¡Las campanas! Vámonos ya.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Libertad...

Esto lo escribí cuando tenía esa necesidad de sentirme libre. Aún la tengo, pero ya he dado los primeros pasos y pretendo continuar.


La libertad implica hacer renuncias y las renuncias, sufrimiento. Pero sin sufrimiento no es posible crecer, ni transformarse, ni cambiar.

Muchos pueblos obtuvieron su libertad librendo duras batallas, sacrificando personas que abonaron la tierra con su sangre. Esa fue una libertad colectiva bien merecida, una libertad que aún hoy disfrutamos quienes habitamos éstas tierras.

En tu lucha personal por la libertad, deberás sacrificar muchos de tus hábitos, modificar conductas, desapegarte de muchas cosas, incluso de personas. Y llorarás, y con tu llanto crecerán los caudales de los ríos y se alimentará la tierra que cosecharás a tu manera, ¡Libre!... Además, no estarás sola, Dios y quienes de verdad te aman estarán contigo y vencerás, si así lo quieres: Vencerás, y quienes te conozcan disfrutarán contigo aquello que conseguiste porque te transformarán en un ser de luz y aminorarás sus oscuridades y serás bendecida con las bendiciones que sólo reciben los que se arriesgan a vivir... de verdad.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Yo hoy

Ya me siento mejor. Suelo atravesar esas crisis de vez en cuando.

Después de ésta, descubrí que sólo te sientes excluída cuando tú te excluyes, (no estaba haciendo lo suficiente), y que el mundo no es tan malo como lo pintan. No, definitivamente no.

Estoy siguiendo una especie de proceso personal al que he titulado RENOVATIO, es mi proceso, yo lo titulo. He vuelto a escribir sobre mí, pero sólo para mí. No estoy con muchos ánimos ni mucha inspiración últimamente así que hoy no publicaré ninguna cosa leíble (me acabo de inventar esa palabra, no sé si existe, pero bueno...)

Mi status RENOVATIO de este fin de semana es: Adquiriendo Nuevas Responsabilidades (y Reasumiendo Otras)...