martes, 8 de marzo de 2011

Un sólo día, el de ayer.

Este post será otra [in]conexión. Hay tanto qué decir, tanto que expresar, tantas experiencias y no me sale un escrito coherente, no sé bien por qué, pero no quiero que todo esto me pase de largo y lo quiero compartir a mi manera.

Ayer experimenté uno de los atardeceres más hermosos de mi vida, pude rozar lo que significa ser feliz, llorar ante la inmensidad del cielo y la belleza del sol. ¿Quién dijo que hay que irse lejos para ver las maravillas del mundo? Basta con prestar un poco de atención, sólo un poco y todas las maravillas cotidianas nos serán reveladas.

Tener amigos es maravilloso! Tal vez, querida, nunca leas este post pero cómo te quiero! Gracias por lo de anoche ;)

Un regreso, no tan inesperado como pensaba, lleno de melancolía y jazz.

Y hay una estrellita a la que no puedo evitar abrazar, no sé si les ha pasado que ven a esta persona a la que consideran amiga y no pueden resistirse a abrazarle! Pues eso me pasa con una buena amiga, si cuatro veces nos vemos en el día al menos tres nos damos el abrazo, es que son así como únicos, lol.

Hacer felices a las personas es una gratificación tan grande... no olvidaré algunas miradas del día de ayer, prometo que no.

Bien, esto fue sólo mi día de ayer, es increíble como lo inesperado proporciona tanta alegría, gracias a Dios que imagino debió ser el responsable de tan maravilloso regalo.

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