La miró, volvió a mirarla, la observó y durante unos minutos no pudo dejar de hacerlo, entonces ella apartó la vista de su libro y sus miradas de interceptaron por un instante, pero él apartó rápidamente la suya y se preguntó porqué no había dejado de mirarla antes, qué mantenía sus ojos amarrrados a la figura de aquella joven a la que no había visto nunca antes en su vida o en la que talvés nunca antes reparó.
Por la familiaridad con que la gente del lugar se dirigía a ella, supo que sí la había visto antes, tenía que haberlo hecho porque él también iba allí con frecuencia desde que había llegado a la ciudad hacía ya unos meses.
Ella no pareció darle importancia al asunto y él lo agradeció a la Providencia, pues en caso de que ella le preguntara porqué la miraba, él no sabría qué decirle, si ni él miso conocía la razón.
Se puso de pies y él no puso evitar volver a mirarla, contemplarla, observar detenidamente su cuerpo, parecido al de una guitarra, sus lentes y su estilo descuidado al vestir. "Un diamante sin pulir", pensó y rió sorprendido por su propio pensamiento.
Andaba sin andar, veía sin mirar, iba tan ensimismada que no se percató ni por un momento de que era observada, detallada y minusciosamente observada.
Por la familiaridad con que la gente del lugar se dirigía a ella, supo que sí la había visto antes, tenía que haberlo hecho porque él también iba allí con frecuencia desde que había llegado a la ciudad hacía ya unos meses.
Ella no pareció darle importancia al asunto y él lo agradeció a la Providencia, pues en caso de que ella le preguntara porqué la miraba, él no sabría qué decirle, si ni él miso conocía la razón.
Se puso de pies y él no puso evitar volver a mirarla, contemplarla, observar detenidamente su cuerpo, parecido al de una guitarra, sus lentes y su estilo descuidado al vestir. "Un diamante sin pulir", pensó y rió sorprendido por su propio pensamiento.
Andaba sin andar, veía sin mirar, iba tan ensimismada que no se percató ni por un momento de que era observada, detallada y minusciosamente observada.
2 comentarios:
El hombre es un ser inconcluso, sujeto de cambio y en constante evolucion, una transformacion de la aveces ni nos damos cuenta.
Besos desde mi reino
Gracias Princesa, pasaré por su Castillo a soñar junto a ti más a menudo.
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