sábado, 25 de septiembre de 2010

La Espera.


Volvió a mirar el reloj. Tres minutos más habían pasado. Sentía el paso del tiempo como algo personal. ¿Por qué pasa tan aprisa el tiempo? ¿Es que acaso no puede condolerse de un corazón enamorado?

- No es posible que aun no esté aquí, dijo que llegara a las 4:15 y aquí estoy.- El corazón se le desprendía en el pecho, de repente se encontraba llena, llena de sentimientos poderosos que la sobrepasaban. A veces sentía que si abría la boca, le saldría un arcoíris infinito.

Nada deseaba más su corazón que verle y eso parecía estar cada golpe de reloj más lejos. Cada segundo que pasaba era un segundo menos junto a él y eso la mortificaba. ¿¡Pero dónde estaba!? Deseaba saberlo para ir en su busca y terminar con aquella agonía.

Varias veces intentó comunicarse, pero su celular estaba sin servicio, la grabadora indiferente lo confirmaba. Volvió a marcar, sabía cual sería la respuesta pero necesitaba escucharlo una vez más y lo hizo varias veces como para no sentir que no la había intentado al menos.

No podía creer que estuviera sintiendo lo que ahora sentía, era un sobresalto, la excitación de la espera del ser que... ¿amaba? Eso no podía o no quería más bien decirlo con exactitud, le quería, si, tal vez le amaba pero duró tanto tiempo creyendo que era incapaz de hacerlo que ya no quería o no podía admitir que floreciera dentro suyo ese sentimiento. Es posible que le amara pero eso no lo sabría, al menos no por ahora.

Cada sonido que escuchaba creía que eran sus pasos acercándose y en cada ruido que escuchaba creía estar oyendo su voz, pensó por un momento que iba a infartar o que estaba perdiendo la razón. Al reloj se le agoto la arena. Y entonces, la rabia. El dolor del abandono y el convencimiento de que ya no le vería entrar por aquella puerta. Los rayos del sol se filtraban por el tragaluz y parecían cantar para ella un canto de consolación, pero nada era suficiente, los sentimientos encontrados se le agolpaban en el corazón pero no podía odiarle aunque se creía capaz.

Había decidido que no le esperaría nunca mas, sin embargo sabia que esa resolución era algo pasajero y que con tal de verle, le esperaría todo el tiempo que fuera necesario porque nada deseaba su corazón mas que estar junto a el.

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