"Amo tus manos de escritora", decía mientras se las tomaba suavemente, las acariciaba y las besaba. "Venero tus manos no más que a tu alma"...
"Deja de decir esas cosas, Poeta." "No puedo, Novelista, no puedo. Es que cada vez que miro en tus ojos, veo un mar profundo en el que me ahogo y tengo que descargar de versos mi equipaje si es que quiero flotar." "Algún día- dijo risueña- escribiré sobre tí algunas líneas en una de esas novelas rosas..." "Y en la novela de tu vida, tendré algunas líneas?" "Qué te parece un capítulo entero?".
Y se besaron. Y mientras duró el capítulo, fueron felices.
"Deja de decir esas cosas, Poeta." "No puedo, Novelista, no puedo. Es que cada vez que miro en tus ojos, veo un mar profundo en el que me ahogo y tengo que descargar de versos mi equipaje si es que quiero flotar." "Algún día- dijo risueña- escribiré sobre tí algunas líneas en una de esas novelas rosas..." "Y en la novela de tu vida, tendré algunas líneas?" "Qué te parece un capítulo entero?".
Y se besaron. Y mientras duró el capítulo, fueron felices.
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