Quisiera poder hablar de amor, de mañanas bellas, de atardeceres dulces, de palabras de ensueño, de románticas veladas, de sueños de algodón, de días de luz, de noches sin sombras, de sentarme en un café a escucharle reír, a contarle mis cosas, a que celebremos mis triunfos y los suyos y los nuestros, a hacer de la vida una fiesta, a pintarla de otro color, a escaparnos a nuestra propia y alterna realidad... a ser felices, a soñar, a estar solos en compañía mientras se abrazan nuestros silencios, a ser yo, a querernos sin decirlo...
Pero no puedo hablar de amor, ni de mañanas bellas, ni de atardeceres dulces, ni de palabras de ensueño, ni de románticas veladas, ni de sueños de algodón, ni de días de luz, ni de noches sin sombras, ni de sentarme en un café a escucharle reír, a contarle mis cosas, ni a que celebremos mis triunfos ni los suyos y menos los nuestros, ni a hacer de la vida una fiesta, ni a pintarla de otro color, ni escaparnos a nuestra propia y alterna realidad... ni a ser felices, ni a soñar, ni a estar solos en compañía mientras se abrazan nuestros silencios, ni a ser yo, ni a querernos sin decirlo... porque no está, porque no llegó, porque no sé si sabe que le espero, porque no le conozco, porque sé que existe pero no sé dónde está... más, si lee por casualidad algún día éstas líneas, quiero que sepa que mí corazón espera por el suyo, que le espero para darle tanto y mucho, para darme a un sentimiento que sé que puede destruirme pero que espero quiera redimirme, y quiero que sepa que le amo, aún sin conocerle yo le amo, que aún sin saber siquiera su nombre... le amo.
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