No sabía que fuera posible sentirse tan dolido por haber perdido algo que nunca me perteneció.
Es que me hablaba al alma, me comprometía, me arrastraba hacia una abstracta y a la vez tangible realidad, me hacía pensar en cosas que creía lejos, me hacía avergonzar del pasado de la humanidad a la que pertenezco restregándome en la cara sus errores más crueles, me hacía reflexionar, sumergirme en un mar innavegable para halarme con el hilo de la esperanza del sol que nace, nuevamente hacia la luz.
Pero se ha ido, ya no está más y eso me causa confusión, un sentido de pérdida, una sensación de vacío interno que hacía tiempo no experimentaba. Ha sido desastroza para mi espíritu ésta pérdida tan repentina, pero así como da vueltas la vida, te juro, que nos volveremos a ver.
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