Un niño pareces. Cansado de andar, pareces.
Tu cuerpo se ha extendido a las alturas pero ya me dicen tus
ojos que eres consciente de que por más que te estires no tocarás el cielo.
Aprendiste que es más fácil alcanzarlo cerrando los ojos que estirando las
manos.
No dejas de crear empero, ni de soñar, ni de sonreír. No
imaginas lo que diera por pensar que sonríes para mí y que sientes lo que
siento al quererte aquí en las noches con luna.
Mi niño te quiero, para arrullarte contra mi pecho y
escucharte cantar.