En qué lugar tan oscuro escondiste tu corazón que no puedo encontrarlo,
De qué estará hecha tu alma que no puedo penetrarla,
Quién te habrá congelado el llanto,
Cómo se te habrá olvidado sonreír,
Cuándo habrás dejado de soñar,
Porqué no puedes responderme aún sabiendo que me muero,
Aún sabiendo que terminará por tu causa mi corazón en un rincón oscuro,
Que de piedra quedará hecha mi alma,
Que te he dado todas mis sonrisas y que tú espejo mío, no me has devuelto ninguna,
Que hace dos noches que no duermo, que no sueño porque sé que soñaré contigo cosas que nunca serán…
Este blog es sobre lo que pienso, sobre lo que siento... sobre lo que soy.
viernes, 12 de marzo de 2010
viernes, 5 de marzo de 2010
Desordenadamente Ordenado
No digas nada. Sólo perdóname por estas ganas de moderte los labios con un beso que tengo a veces, sólo a veces, cuando olvido quien soy y quien eres, aveces cuando creo que la necesidad va a ganarle a mi razón, afortunadamente (¿afortunada?) ya puedo controlarlo.
Te vi y no fue lo mismo, supongo que en 6 años (¿de verdad han sido tantos?) las cosas, la gente, el mundo, el ambiente, el espacio, lo de fuera, lo dentro... todo cambia.
Hmmm, de tí, la libertad. Aunque no sé qué tan perjudicial resulte. Es que Sole y yo no nos llevamos muy bien, ella me desnuda y eso me asusta, es igualita que Silencio, ambos me enloquecen y si vienen juntos es peor. Yo creo que tú saber lidiar con eso, ¿sabrás?
martes, 2 de marzo de 2010
An Awesome Literary Experience
Esto ocurrió en Facebook a raíz de un estatus que puse.
No hemos sido presentados formalmente, no puedo decir que le conozco y menos que somos amigos. Lo que sí puedo afirmar es que durante esa noche, hubo una conexión literaria entre Anthony y yo, que resultó en lo que leerán a continuación; un diálogo desde alguna parte de nuestro inconsciente que me tele transportó (y digo “me” porque ni siquiera hemos intercambiado opiniones sobre esto, me parece que no hace falta) hacia un lejano lugar dentro mío y a la vez fuera de mí. No sé bien como explicarlo pero esto fue especial, por eso lo comparto.
Patricia Rod: Qué pena. Por más que lo intento no puedo dejar de ver en tus ojos la misma mirada perdida de aquella niña de cinco años a la que correteaba por la calle...Hoy a las 3:30 •
Anthony Imbert Darwin...: la que soñaba con la realidad y vivía de la fantasía, una mirada encerrada en su mundo de hadas...
Patricia Rod: Sí... qué pena que ahora es sonámbula y camina (¿sin saberlo?) entre el fango creyendo que es riachuelo...
Anthony Imbert Darwin...: ensuciada con los pensamientos abstractos, buscando un enlace para adentrare en el país de Nunca Jamás...
Patricia Rod: Pero es tarde, porque el portal ya se cerró, porque la inocencia olvidó su nombre y ella el camino de vuelta...
Anthony Imbert Darwin...: pero, ¿Qué paso con aquella tierna mirada? ¿Acaso no sirvió de nada la aventura?...
Patricia Rod: Sirvió, sirvió para darse cuenta de que de aventuras no se vive. Cuando descubrió que había un atajo, simplemente lo tomó...
Anthony Imbert Darwin...: A veces las aventuras son más palpables que la triste realidad que a veces vivimos...
Patricia Rod: Sí, pero la realidad no desaparece. A veces creo que sueña, que no siente, que no piensa, que no es eso en realidad, que su alma se mantiene intacta en algún lugar de otra dimensión y que no es consciente de la corrupción de su cuerpo... sí, eso es lo que prefiero pensar.
Anthony Imbert Darwin: Para luego despertarse y entrar en razón. No está enloqueciendo, tampoco está delirando, solo yace parada mirándose frente a un espejo, persiguiendo aquella perdida mirada.
No hemos sido presentados formalmente, no puedo decir que le conozco y menos que somos amigos. Lo que sí puedo afirmar es que durante esa noche, hubo una conexión literaria entre Anthony y yo, que resultó en lo que leerán a continuación; un diálogo desde alguna parte de nuestro inconsciente que me tele transportó (y digo “me” porque ni siquiera hemos intercambiado opiniones sobre esto, me parece que no hace falta) hacia un lejano lugar dentro mío y a la vez fuera de mí. No sé bien como explicarlo pero esto fue especial, por eso lo comparto.
Patricia Rod: Qué pena. Por más que lo intento no puedo dejar de ver en tus ojos la misma mirada perdida de aquella niña de cinco años a la que correteaba por la calle...Hoy a las 3:30 •
Anthony Imbert Darwin...: la que soñaba con la realidad y vivía de la fantasía, una mirada encerrada en su mundo de hadas...
Patricia Rod: Sí... qué pena que ahora es sonámbula y camina (¿sin saberlo?) entre el fango creyendo que es riachuelo...
Anthony Imbert Darwin...: ensuciada con los pensamientos abstractos, buscando un enlace para adentrare en el país de Nunca Jamás...
Patricia Rod: Pero es tarde, porque el portal ya se cerró, porque la inocencia olvidó su nombre y ella el camino de vuelta...
Anthony Imbert Darwin...: pero, ¿Qué paso con aquella tierna mirada? ¿Acaso no sirvió de nada la aventura?...
Patricia Rod: Sirvió, sirvió para darse cuenta de que de aventuras no se vive. Cuando descubrió que había un atajo, simplemente lo tomó...
Anthony Imbert Darwin...: A veces las aventuras son más palpables que la triste realidad que a veces vivimos...
Patricia Rod: Sí, pero la realidad no desaparece. A veces creo que sueña, que no siente, que no piensa, que no es eso en realidad, que su alma se mantiene intacta en algún lugar de otra dimensión y que no es consciente de la corrupción de su cuerpo... sí, eso es lo que prefiero pensar.
Anthony Imbert Darwin: Para luego despertarse y entrar en razón. No está enloqueciendo, tampoco está delirando, solo yace parada mirándose frente a un espejo, persiguiendo aquella perdida mirada.
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