Primero que nada y antes que todo quiero pedir disculpas por no haber publicado antes pero estoy cargada de actividades y cosas por hacer, ademas de unas cuantas batallas internas que llegaron de improviso y que fue imposible evadir.
Bueno, dadas las disculpas de lugar, empecemos:
Dejar ir... este es un tema sobre el cual he reflexionado bastante, no solo últimamente sino a lo largo de mi existencia, lo cierto es que todos hemos perdido a alguien o hemos tenido que perder alguien porque es lo mejor o para esa persona o para nosotros mismos, aunque duela, porque duele y eso es innegable, pero con el tiempo (el fabuloso padre de todas las preguntas y dueño de todas las respuestas), entendemos que esto fue lo mejor aunque nos empeñemos en creer que no es así.
Las cosas en esta vida pasan por una razón, todas y cada una de ellas, las agradables, las que no lo son, las que no tienen sabor, todas! y ante cada experiencia lo mejor es esperar en ves de desesperarnos y empezar a pensar que porqué nos pasa esto a nosotros, o qué hemos hecho para merecer x o y "tragedia" o situación indeseada (sí, las indeseadas, porque las deseadas no tienen que tener una razón, no que vá, esas son bienvenidas en cualquier momento y las acogemos dando gracias sin preguntarnos el por qué o mejor aún, para qué).
Ejemplos?, los ejemplos de situaciones en las que es mejor dejar ir, abundan a nuestro alrededor. Primero debemos tomar en cuenta que no siempre que soltamos algo o lo dejamos ir significa que lo vamos a perder, aveces es necesario dar un espacio de libertad, un respiro, permitirle al otro u otra tomar sus propias decisiones y para esto hay que dejarle ir, puede ser que vuelva pero como dice una amiga: hay que estar preparado siempre para lo peor así, si los resultados son los mejores nos sentiremos doblemente felices y si no, pues no nos sentiremos tan desepcionados. En fin, el caso es que no siempre dejar ir es igual a perder. Ahora continuemos con los ejemplos, en las relaciones amorosas es imprescindible entender que cada quien tiene su espacio, y cuando esto no está claro, empiezan a consumirse el uno a la otra o viceversa, cuando esto sucede, alguno termina por hartarse y da por terminada la relación, en este caso, es necesario que la otra persona entienda que debe dejar ir a su pareja, no acorralarle ni obligarle a quedarse porque no sería justo para con él o ella, puede ser que vuelva o que no, y aunque se sufra (porque tomar la decisión de irse es igualmente difícil a la de dejar ir), hay que entender que no es justo retener a una persona en contra de su voluntad y convertirnos en una especie de verdugos.
Otro caso que es muy popular es el de la amistad (las relaciones interpersonales en general tienden a caer en varios vicios en especial en la dependencia emocional, lo que provoca muchas veces el hartazgo y con ello la decisión de irse y dejar ir), hay casos en los que la dependencia es tan fuerte que se llega a dañar emocionalmente a alguien aún sin darnos cuenta y en esos casos es preferible dejar ir a esa persona, otro ejemplo es el de los padres con los hijos cuando no los quieren ver crecer y luego entienden que lo mejor para ellos es desenvolverse por sí mismos y que es inevitable que crezcan, se vayan de su lado y formen sus propios nidos lejos de casa; así hay cientos de ejemplos que podría citar, en todos los casos, dejar ir es lo mejor, como dicen por ahí: "Si amas algo déjalo libre, si vuelve a ti, es tuyo, si no, nunca lo fue." Esta frase por más que suene a cliché, es tan cierta como que el sol sale todos los días.
Por último quiero decir que la importancia de dejar ir es muy clara, nos ayuda a crecer como personas y fomenta la libertad individual que es fundamental en el desarrollo personal así como la búsqueda de la felicidad.
Termino con una frase (bueno está un poco larga para ser una frase pero... ya qué más da) que se me acaba de ocurrir:
La vida da infinitas vueltas y en cada una de ellas hay miles de oportunidades de aprender, de crecer, de desarrollarnos como seres humanos capaces de enfrentarnos a las situaciones más adversas, capaces de salir adelante, de sobrevivir, de ser felices.
Bueno, dadas las disculpas de lugar, empecemos:
Dejar ir... este es un tema sobre el cual he reflexionado bastante, no solo últimamente sino a lo largo de mi existencia, lo cierto es que todos hemos perdido a alguien o hemos tenido que perder alguien porque es lo mejor o para esa persona o para nosotros mismos, aunque duela, porque duele y eso es innegable, pero con el tiempo (el fabuloso padre de todas las preguntas y dueño de todas las respuestas), entendemos que esto fue lo mejor aunque nos empeñemos en creer que no es así.
Las cosas en esta vida pasan por una razón, todas y cada una de ellas, las agradables, las que no lo son, las que no tienen sabor, todas! y ante cada experiencia lo mejor es esperar en ves de desesperarnos y empezar a pensar que porqué nos pasa esto a nosotros, o qué hemos hecho para merecer x o y "tragedia" o situación indeseada (sí, las indeseadas, porque las deseadas no tienen que tener una razón, no que vá, esas son bienvenidas en cualquier momento y las acogemos dando gracias sin preguntarnos el por qué o mejor aún, para qué).
Ejemplos?, los ejemplos de situaciones en las que es mejor dejar ir, abundan a nuestro alrededor. Primero debemos tomar en cuenta que no siempre que soltamos algo o lo dejamos ir significa que lo vamos a perder, aveces es necesario dar un espacio de libertad, un respiro, permitirle al otro u otra tomar sus propias decisiones y para esto hay que dejarle ir, puede ser que vuelva pero como dice una amiga: hay que estar preparado siempre para lo peor así, si los resultados son los mejores nos sentiremos doblemente felices y si no, pues no nos sentiremos tan desepcionados. En fin, el caso es que no siempre dejar ir es igual a perder. Ahora continuemos con los ejemplos, en las relaciones amorosas es imprescindible entender que cada quien tiene su espacio, y cuando esto no está claro, empiezan a consumirse el uno a la otra o viceversa, cuando esto sucede, alguno termina por hartarse y da por terminada la relación, en este caso, es necesario que la otra persona entienda que debe dejar ir a su pareja, no acorralarle ni obligarle a quedarse porque no sería justo para con él o ella, puede ser que vuelva o que no, y aunque se sufra (porque tomar la decisión de irse es igualmente difícil a la de dejar ir), hay que entender que no es justo retener a una persona en contra de su voluntad y convertirnos en una especie de verdugos.
Otro caso que es muy popular es el de la amistad (las relaciones interpersonales en general tienden a caer en varios vicios en especial en la dependencia emocional, lo que provoca muchas veces el hartazgo y con ello la decisión de irse y dejar ir), hay casos en los que la dependencia es tan fuerte que se llega a dañar emocionalmente a alguien aún sin darnos cuenta y en esos casos es preferible dejar ir a esa persona, otro ejemplo es el de los padres con los hijos cuando no los quieren ver crecer y luego entienden que lo mejor para ellos es desenvolverse por sí mismos y que es inevitable que crezcan, se vayan de su lado y formen sus propios nidos lejos de casa; así hay cientos de ejemplos que podría citar, en todos los casos, dejar ir es lo mejor, como dicen por ahí: "Si amas algo déjalo libre, si vuelve a ti, es tuyo, si no, nunca lo fue." Esta frase por más que suene a cliché, es tan cierta como que el sol sale todos los días.
Por último quiero decir que la importancia de dejar ir es muy clara, nos ayuda a crecer como personas y fomenta la libertad individual que es fundamental en el desarrollo personal así como la búsqueda de la felicidad.
Termino con una frase (bueno está un poco larga para ser una frase pero... ya qué más da) que se me acaba de ocurrir:
La vida da infinitas vueltas y en cada una de ellas hay miles de oportunidades de aprender, de crecer, de desarrollarnos como seres humanos capaces de enfrentarnos a las situaciones más adversas, capaces de salir adelante, de sobrevivir, de ser felices.