lunes, 28 de marzo de 2011

Divagaciones...

Un Dios lejano al que no me atrevo nombrar. Si me hubiese quedado de tu lado tal vez no estaría atravesando este valle de lágrimas, angustia y desesperación. Pero me aparté de ti y ahora lo pago y bastante caro.

No sé si estás ahí o si puedes escucharme después de que he cubierto mi cuerpo con tanto pecado y sumido a mi alma en oscuro silencio y a veces no me importa. No sé amar y no quiero arriesgarme, por eso no te amo, yo no sé abandonarme a lo incierto y eso es amor, eso es fe y yo no poseo ninguna de esas dos virtudes. Si algún día logro cultivarlas espero puedas perdonarme.

No vas a ayudarme y lo sé, de esto tengo que salir sola, sólo espero que al final de la jornada estés ahí y puedas perdonarme.

domingo, 27 de marzo de 2011

:)

Moriré, creo que moriré... pero esperaré a mañana para hacerlo. Ahora, a trabajar. (espero poder decirme esto todos los días cuando atraviese alguna dificultad).

sábado, 12 de marzo de 2011

El cielo está reservado para los que creen en Dios

Esto me quedó resonando ayer de una conversación que tuve entre poesía y sabina con un par de amigos.

F - Ese es un maestro (refiriéndose a Benedetti) donde quiera que esté...
W - Dudo que esté en el cielo, él no creía en Dios.
P- Entonces el cielo está reservado para los que creen en Dios...
W- Eso es lo que dice la Iglesia.
P- ¿Y qué tiene Dios que ver con la Iglesia?

-Fin de la conversación-

miércoles, 9 de marzo de 2011

Divagaciones

De a ratos se cuelan por las hendijas los sentimientos que afuera dejé. Hoy me dió con escribir y se hace cada vez más borrosa la cláusula aquella que firmé para que la culpa se vaya o más bien para que no venga. Esto no es un dejavú, esto ya lo viví, ya lo oí en las canciones y por ahí andan las marcas también. Y yo no sé de dónde me sale todo esto si yo ya me volví de marfil y cuelgo de una pared oxidada y polvorienta y no quieras soplar, no vas a lograrlo porque para eso debes acercarte y la prisión de tus propios miedos no te va a dejar. Quisiera hacer que te detengas, devolverte a tu rincón, hacerte venir a mí, que entiendas las reglas del juego... pero qué es lo que quiero? Estar a salvo. Pero es tarde de aquí sale algo roto y espero ser sólo yo aunque dudo de si me cabe alguna rotura más. Porque lo que busco no está fuera sino dentro, ahí el pegamento, los márgenes, las líneas, el perfume.
Y a ti, a ti pensaba dedicarte unas líneas pero esto se trata de mí así que no jodas.

martes, 8 de marzo de 2011

Un sólo día, el de ayer.

Este post será otra [in]conexión. Hay tanto qué decir, tanto que expresar, tantas experiencias y no me sale un escrito coherente, no sé bien por qué, pero no quiero que todo esto me pase de largo y lo quiero compartir a mi manera.

Ayer experimenté uno de los atardeceres más hermosos de mi vida, pude rozar lo que significa ser feliz, llorar ante la inmensidad del cielo y la belleza del sol. ¿Quién dijo que hay que irse lejos para ver las maravillas del mundo? Basta con prestar un poco de atención, sólo un poco y todas las maravillas cotidianas nos serán reveladas.

Tener amigos es maravilloso! Tal vez, querida, nunca leas este post pero cómo te quiero! Gracias por lo de anoche ;)

Un regreso, no tan inesperado como pensaba, lleno de melancolía y jazz.

Y hay una estrellita a la que no puedo evitar abrazar, no sé si les ha pasado que ven a esta persona a la que consideran amiga y no pueden resistirse a abrazarle! Pues eso me pasa con una buena amiga, si cuatro veces nos vemos en el día al menos tres nos damos el abrazo, es que son así como únicos, lol.

Hacer felices a las personas es una gratificación tan grande... no olvidaré algunas miradas del día de ayer, prometo que no.

Bien, esto fue sólo mi día de ayer, es increíble como lo inesperado proporciona tanta alegría, gracias a Dios que imagino debió ser el responsable de tan maravilloso regalo.

sábado, 5 de marzo de 2011

martes, 1 de marzo de 2011

Divagaciones...

Te veo llegar en un barco de vela con una esperanza como bandera. De tierras lejanas vienes con una estela antigua arrastrando el ancla. Extranjero de aguas claras me lo dice el color de tu piel... Te miro desde mi fuerte pensando si voy a bajar, calculando los pasos, complicándome la existencia. Tú buscas algo, lo sé, reconozco las miradas expectantes, vi una en un espejo esta mañana. Te veo acercarte y me pregunto ¿Qué se te habrá perdido que viniste a buscarlo aquí? Y descubro que yo tampoco estoy en mi isla y no puedo evitar preguntarme ¿Qué se nos perdió que hemos venido a buscarlo aquí?