Después...

Bajó del escenario. Llovían afuera los aplausos pero dentro, se hacía por fin el silencio. Entonces fue hora de subir, de recibir amablemente los aplausos, escuchar los elogios del presentador y de sonrojarse, de calmar los nervios, de salir e ir al baño, de cambiarse y terminar de colocar los nervios en su lugar. Luego seden las emociones para dar paso al cansancio, leve pero agotador. Lloviznan los elogios de aquellos que admiran con sinceridad y su esfuerzo no se ve tan recompenzado por esto más que por la satisfacción de haber sido ella misma por unos pocos minutos, encima de un escenario...

Buenas Nuevas

En estos días han pasado muchas cosas, pero hay una en especial que deseo compartir con ustedes. El pasado sábado 8 del mes en curso realicé una presentación para el grupo de teatro.
Sí. Yo que hasta el momento me había mantenido "oculta" tras el papel y el lápiz, me armé de valor (valor que no creía tener) e interpreté delante de un grupo de actores experimentados y del director de los mismos, Segio Acosta (nuestro querido Sergio, chico!), un monólogo escrito por mí en el que puse alma, vida y corazón. Porque una cosa es que escribas para que alguien interprete pero tener el placer y la capacidad (modestia aparte) de, además de escribirlo, interpretarlo y hacerlo bien (según todo el que pudo presenciar la presentación), es sinceramente lo máximo!!!!

Me siento súper, realizada, feliz, capaz de hacer lo que me propongo! Aparte de este, escribiré otros posts que expresan cómo me he sentido en estos días.

Aquí les dejo parte del texto que escribí y que presenté, espero les guste y lo disfruten:

"Los secretos, qué son los secretos sino esas cosas que no se dicen, esas mentiras que son mentiras por omisión!. Esos frutos de la cobardía, cosas que, por miedo al qué dirán, nadie dice y nadie sabe o todos saben pero no dicen porque no conviene. Bah!, porquerías tras las que se escudan para ocultar sus miserias, sus verdaderas formas de ser, sus bajos instintos!
Esa es su cruz, esa es su carga, su redención o su condena!

Mi nombre es Eva, Eva Patricia Rod, para mí: La Verdad hecha Mujer; para otros: El Diablo!

Já!, el diablo yo!, esta pobre alma en desgracia a la que le ha tocado en suerte cargar con cruces tan pesadas como... Ah! míralos, tan lindos que se ven; él es homosexual y para ella, el lechero es algo más que un simple lechero. Y esos dos?, a él le gusta la suegra y a ella le hace mucha gracia el cuñado; y detrás de ellos venía, nuestro querido y admirado alcalde, un hombre de punta en blanco, seguramente se dirige hacia su casa a emborracharse con lo poco que le queda de la fortuna. Esas son cargas, cargas para mí pero... los beneficios que de ellas obtengo, compensan y compensan bien!